Con mucha alegría os voy a decir que esta excursión es de las rutas más agradecidas en la sierra de Madrid.
Pasé muchos años queriendo hacerla porque todos decían que era bonita. Todo sea dicho, cuando la hice con MA nos quedamos bastante perplejas: después de apenas 4 horitas andando estábamos ya con una cerveza en un bar del puerto, nos supo a poco.
Tiempo después me he dado cuenta de que es ideal para animar a la gente que apenas ha pisado el campo a un paseo por la montaña. Puedes prometer que SOLO hay dos subidas, que en 1 hora ya se está en la cima. Y ante la asombrada e insistente pregunta que todo el mundo hace de ¿pero nos vamos a tener que subir los 7, por qué no solo subimos 1? puedes contestar con una pícara sonrisa que «la sorpresa está en la cima»
La ruta empieza en lo alto del puerto de Navacerrada. Dejamos el coche en uno de los aparcamientos y cruzamos la carretera hacia la pista del telégrafo. Se sube al lado de la valla del remonte, hay un camino que se identifica fácilmente y además mucha gente va por este camino. Pero es verdad que Alfo me dijo que empezaba como si te estuvieses colando en un sitio prohibido.
Es una cuesta con pendiente pero muy corta (apenas llega a 1km), es justo lo suficiente que para cuando te empiezas a cansar resulta que ya has llegado arriba del todo. Una vez allí vemos que los caminos van por la izquierda. Y digo «los caminos» porque en esta larga llanura que tenemos por delante se distingue un hormiguero de caminitos de arena que se dirigen hacia la pradera de Siete Picos. Da igual cual se coja, además todos se ven muy bien ya que apenas hay árboles altos, está todo lleno de pequeños matorrales de piornos que se ponen amarillo fosforito en primavera y jabinos.
Dejando a la izquierda un gran macizo de granito, donde hay una virgen, el camino gira poco a poco hacia la derecha y vamos viendo cómo será la subida final cuando hayamos recorrido toda la pradera (que me parece serán unos 3km desde que dejamos atrás el alto del telégrafo). Eso sí estos caminos que llevan a la Senda Herreros, en invierno suelen estar cubiertos de nieve y hielo y no se hacen tan fácil.
La ladera de Siete Picos, última cuesta que subiremos, la encontramos después de la llanura de arbustos que acabamos de pasar. La cuesta definitiva está realmente dominada por un frondoso pinar de pino de Valsaín. Las rocas de granito en el suelo y las raíces del bosque hacen que la subida parezca una escalera. Es fácil y está marcada por muchos hitos de piedras que han ido poniendo los excursionistas y montañeros. Eso sí hay tantos que a veces te desconciertan un poco, porque además sigue el hormiguero de caminos y parece que todos siguen a la cumbre.
De hecho si os metéis en la página de la comunidad de Madrid os animarán a no coger el camino principal, que es el primero a la derecha de la ladera según te la encuentras, sino seguir hacia la izquierda hasta la mitad del pinar. Yo la primera vez que hice esta ruta lo hice, seguíamos hitos pero acabamos en un camino sin salida teniendo que ir un rato campo a través hasta que encontramos otro. El motivo de alejarse es, en teoría, ver un circo que se formó en las glaciaciones cuaternarias… Interesante sí, pero al estar todo lleno de pinos lo que se ve es eso, pinos. Supongo que tienes que saber muucha geología para poder apreciarlo.
En fin, creo que merece más la pena ir por el primer camino según llegas a la ladera. Después de unos 2km más o menos se llega a la pedregosa cima después de atravesar el pinar. Esta cima claro, en realidad no es la cumbre, hay que atravesarla en oblicuo cuando ya casi no queda pendiente y ahí viene la sorpresa.
La primera vez, reconozco que me quedé igual de perpleja que toda la gente que los ve desde arriba por primera vez. Desde abajo tú ves claramente 7 picos pero una vez arriba cada pico es una acumulación inmensa de rocas graníticas apiladas por las que hay que reptar hasta la cima. El primero que hay que subir es el séptimo (pues se empiezan a contar desde Cercedilla) Todos los picos se pueden ascender trepando, alguno con un poco de dificultad, pero si uno es aficionado a hacer el cabra entre las rocas, disfruta.
Los picos están separados entre sí por pequeños collados por los que discurre el camino en la umbría. De este modo puedes subir a cualquiera de las torres que se suceden a lo largo de la cumbre. Este camino, no solo en invierno, sino también en mayo cuando la nieve no se ha derretido aún, es peligroso porque la nieve está congelada. Además con mucha nieve no se distinguen las rocas fracturadas de los arbustos. Así que vuelvo a repetir, es un buen camino para gente que no suele salir al campo siempre que jamás se haga con nieve (ni siquiera un poquito porque es entonces cuando es más traicionero)
Hasta ahora no os he hablado de las vistas de pájaro desde la cuerda. A la espalda se recorta la Maliciosa y la Bola del Mundo, a la derecha se atisba Peñalara y se ve todo el pinar de Valsaín a los pies. A la izquierda el Abantos y las Machotas y si el día está despejado hasta Gredos y enfrente El Montón de Trigo y la Mujer Muerta.
Al último pico que se sube es el segundo (el primero está muucho más bajo, cerca de Cercedilla) La cumbre es curiosa está dividida en dos partes, se nota que el granito es hasta diferente de los demás. Una parte siempre me hace mucha gracia porque parece que tiene una escalera natural tallada. Desde este último pico empezamos la bajada. Hay que alejarse del segundo y volver como hacia el tercero. Aquí el camino empieza bajar por una vaguada hacia el norte y dejamos las cumbres atrás para volver a meternos en el pinar.
La bajada es muy directa y rápida. En seguida se llega a un gran claro del bosque que es el Collado Ventoso. Con su gran pradera verde siempre ha sido el lugar ideal para parar a comer al sol o bajo los árboles.
En el Collado Ventoso cogemos la Senda de los Cospes, sale a la derecha adentrándose de nuevo en el pinar. Es una pista muy ancha marcada con puntos amarillos en los pinos. Esta senda sigue bajando y engancha con el camino Schmid. Si, el famoso camino Schmid que une el puerto de la Fuenfría con el de Navacerrada, es la «gran autopista de la sierra de Madrid» Aquí te cruzas desde familias hasta con ciclistas que sortean como pueden las raíces y las piedras. El camino es prácticamente horizontal, suave y durante el deshielo lo cruzan miles de arroyos.
Llegado un momento el camino se cruza con una pista de esquí (Una vez en primavera la pista estaba abierta y hay que tener especial cuidado al atravesarla porque bajan embalados) Me dijo Alfo que se llama el Escaparate. Tras cruzarlas se llega al albergue de aviación, hay que coger la carretera asfaltada y ya se vuelve hasta el puerto. En total son unos 17 km con un desnivel de 300m (desde el puerto hasta el séptimo pico) que se salvan en dos subidas.